13.3.16

LIMPIEZA

No me molestes
cuando estoy siendo
no me molestes
estoy viendo.
por la ventana
las vidas de los otros
que soy yo.

Hay una persona en el mundo 
que está por hacer por primera vez
lo que te genera hartazgo.
No arruines una buena historia.

Tu mente funciona de forma extraña,
la mía no, pero es la extraña.
Yo conozco la tuya.
Yo siempre voy a acatar, respetar, luchar la tuya.
Vos no podés nombrarme 
de una forma que sea cierta.

   Si voy a tu silbido, 
no significa que
     puedas llamarme.

Estás al lado mío, 
esta es la primera vez que vas a volar.
Se nota un poco, cuando sale
y cuando entra, el resto es igual ¿no?

¿Por que dejé que me convencieran?
La equivocación no era yo.
Recibí sin preguntar el castigo de los otros.
Voy a la familia, 
la familia es la que te quiere, 
dijo el ratón disecado
que encontramos cuando limpiamos bajo la mesa.
El ratón sabe. El ratón supo.  
Camino hacia mi familia.



6.3.16

CRECIMIENTO

Hay plantas que crecen en lugares no propicios. No pueden evitar, el momento no coincide. Da raíces en resumideros, en hendiduras de balcón, en grietas de techo, entre zócalos ¿Duran menos? No sé ¿Cuántas mueren en maceta? La desidia también es constancia. 

Pasan de trabajo en trabajo, o de pareja en pareja. Que estupidez. La mía. Es obvio que debería proteger mi cabeza como ellos pero no voy a mentir ¡el vacío es tan electrificador! un desierto hermoso.

Hace pocos días, a veces de a ratos, cuando descanso de mis angustias rutinarias, me doy cuenta. Así que intento imitar a los otros con el resultado de sentir que soy una estafa. Como si olieran que no me levanto temprano, que no entiendo esto de correr, que mi tercer ojos siempre está guiñado, que tomo la última parte de la cerveza, que suelo encontrarme en el baño del otro sexo. Que alguien me va a tocar el hombro no mira, se nota. Aunque normalmente valoran mis esfuerzos.

Pero desde que la encima de la adolescencia terminó o la información acumulada que llevo a cuestas determinó que es un lugar peligroso. Donde sea que este. No alimento más las aventuras de ese travestimo agotador porque, aunque convenza a otras personas, no importa cuantos, no logro estafarme a mí misma. 

El inminente estallido, como decía, no alimenta esa aventura sino que me acomoda en el vacío y al golpe mentolado en el pecho, libertad, logro mantenerlo con fantasías problemáticas sin salida. A veces tengo miedo de salir a la calle ¿Quién no?