5.4.16

IMITACIÓN

Hace un buen tiempo, no recuerdo cuando, comenzó mi fijación. Viví ¿vivo? agobiada por la idea de la normalidad. Miraba, miraba y miraba, como quien mira lo incomprensible, y decía, mirá el pelo, como les brilla. Mi economía es un estado fallido. Cuando lograba la imitación perfecta de sus prácticas, cuando no me desvelaba (aunque valiera la pena), cuando guionaba mis acciones en agendas diseñadas por gente de talento incierto, cuando sostenía trabajos que son un bajón (y casi todos lo son) porque no hay otra, me acostaba con una sensación agridulce. Mis amores son estallidos en la noche, imposibles de aferrar, imposible pedirles algo. Era la certeza de haber cumplido con mi disciplina de fallarme a mí misma. Yo no sé si tocar los límites nos fortalece, pero mi percepción semántica me dice que nos define. Quédate con los tuyos, porque la gente que te odia, que no te entiende, no te entenderá. A lo sumo vas a ser un reptil pintoresco, pero no hay posibilidad de entendimiento. Te van a desaprobar. No es personal, no te odian a vos: odian tu signo.